"La manzana no cae lejos del árbol" no es solo un dicho. Significa que los niños a menudo se parecen a sus padres en su información. Curiosamente, la resonancia puede moldear cómo aceptamos o rechazamos nueva información basándonos en las creencias, valores y experiencias que adquirimos de nuestras familias durante nuestros primeros años de vida.
Desde una edad temprana, los niños observan y copian los comportamientos, actitudes y reacciones emocionales de sus padres. Esto puede incluir conflictos no resueltos en la familia, emociones, traumas, actitudes negativas y más. Las historias familiares y las creencias sobre la identidad, el éxito, el fracaso y otros aspectos de la vida nos moldean para aceptar información familiar y rechazar la nueva.
Además, las normas culturales y las expectativas sociales pueden transmitir ciertas limitaciones y prejuicios a través de las tradiciones familiares, como la discriminación y la exclusión contra ciertas personas, grupos e ideas. Todo esto puede influir en la mentalidad de nuestros hijos. Las historias y narrativas transmitidas a través de nuestras familias moldean cómo nos vemos a nosotros mismos y al mundo.
La información familiar, ya sea positiva o negativa, puede circular, repitiendo patrones y manteniendo a todos en el mismo ciclo de información, influyendo en cómo respondemos a situaciones similares en el futuro.
Los niños aprenden a comportarse y a enfrentar las situaciones observando a sus padres. Cuando las familias se mantienen unidas, la información antigua que circula puede impedirnos actualizar e integrar nueva información, necesaria para nuestra expansión de conciencia. El problema con la información arraigada en la familia es que estas limitaciones pueden viajar de una generación a otra.
Pero las familias también pueden aumentar nuestro bienestar proporcionando amor, apertura y energía positiva, creando un entorno feliz y armonioso que contribuye a nuestra expansión de conciencia, interconexión, crecimiento y plenitud personal y colectiva.
Las familias tienen el poder de unir a las personas o separarlas. Por eso es tan importante comenzar la sanación dentro de nuestras propias familias. Las familias juegan un gran rol en nuestra resonancia colectiva y en hacer del mundo un lugar mejor para todos.
Romper con los antiguos patrones familiares o las limitaciones intergeneracionales requiere un esfuerzo consciente. Sanar y transformar estos patrones puede llevar a las generaciones futuras a vivir en armonía.
Equilibrar las influencias familiares con prácticas de crecimiento personal, utilizando como herramientas los cristales de cuarzo, puede ayudarnos a catalizar nuestras vibraciones más elevadas y a interconectarnos para vivir juntos continuamente en paz.
Equilibra tu Resonancia, ¡El Mundo te Necesita!
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