Vivimos en un mundo donde todo lo que comunicamos es información que hemos adquirido de terceros, transmitida de generación en generación hasta nuestros días. Esto incluye nuestra fe. En nuestra era moderna gobernada por la corroboración científica, muchos aún tienen una profunda convicción en la existencia de una fuerza superior que influye en nuestras vidas, nuestra forma de pensar y de actuar.
Sé que para muchos hablar de estos temas puede ser tabú. Pero tratemos de mantener la conversación neutral.
¿Por qué Dios nos separa en lugar de mantenernos unidos y conectados? ¿Por qué Dios nos enseña a través de miedo, y no del amor? ¿Por qué no nos enseña a ayudarnos unos a otros, en lugar de separarnos y segregarnos en grupos? ¿Por qué no nos enseña a conciliar pacíficamente a través del dialogo, en lugar de imponer su voluntad, promoviendo la muerte de terceros y enfrentándonos a través de guerras absurdas donde todos sufren? Si Dios es infinito porque necesita intermediarios finitos?
¿Por qué hay tantas religiones si supuestamente hay un solo Creador? ¿Cuál es la información original que originó cada una de las religiones? ¿Y por qué evolucionó? Quien la re-escribió y con qué autoridad, si todos somos mortales? ¿Cuál fue la mentalidad, información u objetivo, detrás de la persona o grupo de personas que la re-escribieron?
Independientemente de la fe que tengamos, la fe está asociada con información adquirida, repetida y grabada en nuestra mente sistemáticamente por terceros.
Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos han buscado en lo divino guía y esperanza, motivados por la necesidad de entender el mundo, trascender el sufrimiento y encontrar consuelo en tiempo difíciles. Bajo ese contexto los primeros esbozos de fe tomaron forma.
Si el objetivo de las religiones es aliviar el sufrimiento humano, su verdadera esencia debería ser promover la unión y la comprensión mutua entre todos. Y si bien en su origen, muchas religiones comparten principios fundamentales como el amor, la compasión, traer la paz mental y la búsqueda de un propósito superior, las interpretaciones humanas y las diferencias culturales han llevado a la fragmentación y al conflicto a lo largo de la historia.
Así, las historias, mitos y enseñanzas religiosas comenzaron a transmitirse de generación en generación, moldeando las creencias y prácticas de distintas culturas, pero también la división en nuestras percepciones y, en consecuencia, los conflictos que desafortunadamente estamos viviendo hoy.
Ahora imaginemos por un momento que existiera una sola religión, una que uniera a todos los seres humanos en un entendimiento común. Esta religión ideal no sería una mezcla de doctrinas, sino una fusión de los principios más nobles y universales: el respeto por la vida, la búsqueda ininterrumpida de la paz, la solidaridad y el amor incondicional. En lugar de dividirnos, esta religión nos recordaría que, a pesar de nuestras diferencias, todos somos parte de una misma humanidad.
Para vivir en plenitud, bienaventuranza y paz, debemos centrarnos en lo que nos une en lugar de en lo que nos separa. La intercomunión y la cooperación deberían ser nuestros objetivos. Al ayudarnos mutuamente y trabajar juntos, podemos construir un mundo más expansivo y mucho mejor para todos. En donde las religiones sean puentes que nos interconecten, no barreras que nos separan y segregan.
Debemos buscar el verdadero propósito detrás de cada una nuestras creencias y que sean ecuánimes con la armonía que todos soñamos vivir. Solo así, podremos honrar el espíritu de la fe y caminar hacia un futuro de unión y esperanza infinita.
Un mundo que nos conecte y no nos separe, que no villanice a otros sino promueva el entendimiento, la expansión de los límites de nuestra mente y traiga compasión, cooperación y solidaridad entre todos, sin excepción.
La información repetitiva a la que hemos estados expuestos sistemáticamente desde que venimos al mundo nos está separando mentalmente. Sin embargo, desde un punto de vista energético —a nivel subatómico— todos estamos interconectados.
¿Qué pasaría si TODOS pudiéramos trascender esta información aprendida?
Podríamos ver lo que TODOS tenemos en común.
¿Cómo lo hacemos? Neutralizando nuestra identificación con la información.
Los cristales de cuarzo equilibran las frecuencias en nuestra tecnología, y de manera similar, pueden ayudarnos a trascender la información repetitiva programada por otros para resonar con nuestra subyacente energía infinita e interconexión.
Haz del mundo un mejor lugar para todos hoy.
¡Comienza tu trabajo personal!
Equilibra tu Resonancia; ¡el mundo te necesita!
IMPORTANT NOTE: Please respect our intellectual property. If you are using beatrizsinger.com copyrighted resources, please reference the source: Beatriz Singer, Journalist and Crystal Healer. Positive resonance begins with us. ;)
12 Mind Blowing Facts About Crystals that Will Change Your Life!
Start identifying your resonance with our FREE Starters Meditation.