Cristales de Cuarzo: Sintonizando Nuestras Mentes para Alcanzar la Realidad que Anhelamos 

Así como la mente no puede estar confinada a nuestro cerebro, la realidad no puede estar confinada a nuestros pensamientos.

La no-localidad es un concepto de la física cuántica que sugiere que la conciencia trasciende los límites del espacio y el tiempo, desafiando la visión convencional de que nuestra conciencia está limitada al cuerpo físico.

Este concepto plantea que la conciencia opera más allá del individuo, conectándonos con todos los seres vivos y el universo mismo, fomentando un sentido de unidad e interconexión con todo lo que nos rodea.

El concepto de no-localidad se remonta a las tradiciones antiguas que adoptaban una visión holística e interconectada del ser humano como parte de un todo más grande. Aunque las revelaciones científicas han mejorado nuestra comprensión del mundo y nuestro entorno, entender el yo en el vasto esquema del universo puede ser confuso, especialmente cuando nuestras mentes infinitas han sido consistentemente limitadas por la información que recibimos de nuestro entorno a diario.

Sin embargo, la ciencia moderna está alcanzando esta comprensión. Científicos como el físico Max Planck concluyeron que la materia se origina de una mente subyacente, lo que sugiere que la información con la que esta resonando juega un papel fundamental en su creación. Por ello, es tan vital para nosotros cuestionar y reconsiderar la información que hemos aprendido consistentemente de nuestro entorno por una que nos ofrezca mejores posibilidades para percibir nuestra realidad.

Filósofos como David Chalmers incluso discuten la idea de un “Cosmos Consciente”, sugiriendo que la conciencia es tan fundamental como el espacio, el tiempo y la masa. La conciencia creada por la repetición constante de información incrustada en nuestra energía tiene una naturaleza no-local que puede manifestarse como realidad física.

La física cuántica, particularmente el fenómeno del entrelazamiento, apoya esta idea.

El entrelazamiento se refiere a los fenómenos en los que las partículas se interconectan de tal manera que el estado de una partícula influye instantáneamente en el estado de otra, sin importar la distancia que las separe. Esto significa que, a un nivel fundamental, las partículas no están aisladas, sino que son parte de una red más grande e interconectada. Las implicaciones de esto para la conciencia son profundas, sugiriendo que cada una de nuestras mentes es parte de una vasta red. Cuando están interconectadas a través del entrelazamiento, su información se convierte en la fuente a través de la cual se crea nuestra realidad individual y colectiva.

Hoy sabemos, gracias a la física cuántica, que el efecto del observador tiene el poder de transferir información y transformar ondas de energía en partículas de materia. Esto significa que cuando esta red de mentes piensa en guerra, se sincronizan y, a través del entrelazamiento y el efecto del observador, pueden crear guerra. Pero también pueden crear paz cuando neutralizan la información dentro de sus mentes.

De la misma manera que los cristales de cuarzo funcionan en nuestra tecnología moderna para equilibrar frecuencias, pueden ayudarnos a aprovechar y equilibrar la información dentro de nuestras mentes. Prácticas como Japa Mala pueden ayudar a alinear nuestra conciencia con la naturaleza no-local de nuestra energía ilimitada.

Al integrar las propiedades de equilibrio energético del cuarzo, podemos cerrar la brecha entre nuestras mentes individuales y la realidad infinita, fomentando la interconexión en lugar de la separación, y trayendo paz en lugar de guerra.

Al igual que las radios reciben señales, las mentes operan como receptores que sintonizan con nuestros campos de información. Reconocer la no-localidad de la conciencia y trascender la información limitante aprendida puede ayudarnos a explorar más allá de los límites convencionales, conectar con energías universales y cultivar una mejor realidad para todos.

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